Fuente: gayBarcelona.net

De forma hipócrita se declara profeta de la justicia y de la paz, defensor de los derechos de los pequeños y de los excluidos. Proclamará el Evangelio de la vida, la verdad y el amor. Solo por esta declaración de mentiras más que de intenciones a uno le quemaban en la hoguera hace cinco siglos.

El Papa polaco entró en la escena mundial el 16 de octubre de 1978, cuando el Cónclave cardenalicio lo eligió como el primer pontífice no italiano en cuatro siglos y medio. Ahora Juan Pablo II, el papa con el cuarto pontificado más prolongado en la historia de la Iglesia Católica Romana llega a sus 83 años de edad, enfermo, invalido, exhausto y casi mudo. El espectáculo mediático que a seguido siempre al Papa «viajero» esta llegando a su fin, dando una imagen dolorosa y decadente, más parecida a películas como «El show de Truman» o «La muerte en directo». La conmemoración de sus 25 años de pontificado están cargados de fastos, ceremonias y conmemoraciones a las que el personaje no ha querido renunciar.

De forma hipócrita se declara profeta de la justicia y de la paz, defensor de los derechos de los pequeños y de los excluidos. Proclamará el Evangelio de la vida, la verdad y el amor. Solo por esta declaración de mentiras más que de intenciones a uno le quemaban en la hoguera hace cinco siglos. Defiende los derechos de los niños pero la Iglesia ha ocultado y negociado en ultimo extremo -a puertas de juicio – abusos a menores realizados por correligionarios de sus propias filas. Defiende los derechos de los excluidos, pero no acepta la equiparación y la igualdad de los homosexuales. Proclama el evangelio de la vida, pero rehúsa el uso del preservativo como método para salvaguardarse del SIDA induciendo al no uso del mismo. Proclama el amor, pero tacha de epidemia a todas las personas que de su mismo sexo se quieren y aman.

Tras 25 años, y a puertas de su muerte, pocos perdones a pedido el Papa Romano, perdones de compromiso que no ensuciaban sus doctrinas como el perdón de Galileo Galilei, condenado por la Iglesia Católica por afirmar que la Tierra gira alrededor del sol. Otro perdón pedido fue al pueblo judío por la posición que adopto la iglesia durante la persecución sufrida durante el nazismo. En un acto de caridad sin igual por parte de Juan Pablo, el 12 de marzo del 2000 se digno a pedir perdón de forma genérica por los pecados de la Iglesia durante sus 2000 años de existencia, quizás la forma más fácil de dejar de pedir perdones.

La facilidad de pedir perdón no radica en los actos realizados por los demás, sino en pedirlo por sus propios actos, como el intento de demolición sistemático que durante los 25 años de su mandato a mantenido contra la comunidad homosexual. Quizás un día, en futuros Papas esto sea corregido y se nos pedirá perdón.