De los 5 Jueces que deliberaron en torno a la apelación presentada por el padre, sólo dos votaron a favor de la madre, la jueza lesbiana Karen Atala (José Benkis y Orlando Álvarez), los otros argumentando que: “al ser el entorno familiar en donde se desarrollan las niñas excepcional , fortalece las diferencias de estas significativamente con el de sus vecinas y compañeras, «exponiéndolas”, de este modo, a ser objeto de aislamiento y discriminación lo que afectará su desarrollo personal».

En el último artículo que redactamos en torno al caso de la Jueza Karen Atala, pretendimos no ahondar demasiado, en las características de ser pájaro de mal agüero, pero la verdad es que con los antecedentes sistémicos que manejamos y conocemos, no es de extrañar que el resultado de la apelación favoreciera al padre y de paso , como suele ser costumbre , desfavoreciera a las mujeres, pues esto no sólo pasa por ser o no ser lesbiana, pasa por algo mucho más profundo que es el derecho a ejercer nuestra maternidad , cuando optamos libremente por ella.

De los 5 Jueces que deliberaron en torno a la apelación presentada por el padre, sólo dos votaron a favor de la madre, la jueza lesbiana Karen Atala (José Benkis y Orlando Álvarez), los otros argumentando que: “al ser el entorno familiar en donde se desarrollan las niñas excepcional , fortalece las diferencias de estas significativamente con el de sus vecinas y compañeras, «exponiéndolas”, de este modo, a ser objeto de aislamiento y discriminación lo que afectará su desarrollo personal».

Hacemos una parada a las palabras contenidas en el fallo referidas a: “Ser objeto de aislamiento y discriminación que igualmente afectará su desarrollo personal”. Hacemos la parada , porque desde la indignación que nos provoca el manoseo de una frase que bien conocemos, no podemos no alzarnos para decir ¡¿de qué están hablando, qué pretenden con justificar la no discriminación de las niñas, por la discriminación de la madre y en este sentido de todas las madres!?. No se entienda esto como una salida de madres, valga la redundancia, en torno a que las niñas no importan, que importan más nuestros deseos de ser y desarrollarnos en un sistema en donde situaciones cómo estas no ocurran, en donde la normatividad sexual , que es lo que nos aísla verdaderamente, al instalar que lo correcto que lo sano, es ser heterosexuales, ya no exista¡ NO! todo lo contrario. Por supuesto que las niñas importan y es precisamente por ellas que su madre de seguro asumió el costo de todo lo que ha sucedido y lo seguirá sucediendo, porque vivir en un mundo de mentiras es lo que no debemos fortalecer. ¿De qué mundo excepcional nos están hablando?, si tan sólo basta que lean un poco los diarios para darse cuenta de que tan sólo con la salida a la luz pública de este caso fueron muchas otras las que se asomaron a indicar, a decir al mundo que son lesbianas y que tienen hijas e hijos , porque de algo estamos seguras las que escribimos en esta página: las lesbianas no estamos solas, somos muchas y entre esas muchas son muchas también las que son madres y cumplen con responsabilidad y coraje este rol en un sistema que cuestionan y que les complica mucho más su tarea , dado que no están ellas para ser las que reproduzcan la hegemonía masculina , empecinada en generar espacios secundarios en el que podamos desarrollarnos.

Estas madres , son las verdaderas madres, las madres del futuro que queremos construir al margen y en ausencia de prejuicios y de discriminación, pues la verdadera discriminación es el querer ocultar que existimos , que tenemos derechos, que somos casos excepcionales como si fuésemos aberraciones naturales, dignas de una película freack de culto. Estas madres, las madres que no entran en el juego sexista, las que generan reflexión , las que cuestionan conforman un nuevo paradigma, frente al cual Chilito, tan niño chico como siempre, se ha quedado estupefacto y ha implementado una lucha desde la trinchera más añeja que existe: el concepto nuclear de familia. Y no es que la familia no importe, por el contrario claro que importa, pero importa desde la reflexión de que ese concepto ya no es y nunca ha sido el que la Iglesia , los políticos, los hombres nos tratan de imponer , es mucho más amplio que eso. La familia es un centro de afectividad, de amor, de protección mutua y sobre todo a los niños , que son por sus procesos de desarrollo los que mayor atención requieren, mas todas y todos sabemos que es este un concepto que cada vez más lejano de la Iglesia se encuentra, en relación a que el matrimonio no es para siempre , que el amor no dura toda la vida, por lo que es hora hace rato, de hacer una reflexión seria en torno a que un niño o una niña no necesitan de los supuestos roles maternos y paternos, que su desarrollo adecuado tienen que ver con aspectos que van más allá de imágenes que en millones de casos nunca fueron visualizadas: ¿Cuántas madres solteras, cuántos padres separados, cuántos niños y niñas viviendo con sus abuelos o con una tía, cuántos padres homosexuales, cuántas madres lesbianas que han sacado adelante a sus hijos en un sistema devastado por la modernización , pero que no cambia, contradictoriamente, añejos Discursos que lo único que están haciendo es cobrar víctimas inocentes en situaciones en donde no existen los culpables , en donde estos son los que se aturden pensando en nuevas y mejores estrategias para promover el fortalecimiento de una arquitectura de vida que demostradamente está colapsada.

Mas ¿qué es lo importante ahora?

En primera instancia darle por supuesto nuestro más sincero apoyo a la jueza Karen Atala y en segundo lugar darles ánimo a todas las lesbianas, entre las cuales nos incluimos por supuesto, a seguir adelante, porque esta es una batalla , aunque nos pongamos cliché, y no hemos perdido la guerra. Que por nosotras y nuestros Derechos a vivir en el mundo que queremos tenemos que seguir pataleando, gritando y denunciando, visibilizando lo que hacemos , tomándonos nuestros espacios de trabajo, poner el tema lésbico y homosexual en las conversaciones de cualquier tipo , aunque suene a majadería, pues es esta una manera de gritarle a estos nauseabundos Jueces y a quienes los apoyan en sus viles estrategias para mantener un ordenamiento que da asco, que no somos un caso excepcional y que nuestros hijos , hijas, familias , amigos y amigas tampoco lo son .

¡No nos hagamos las débiles, podemos hacerlo!

La corte estimó además que «aparte de los efectos que esa convivencia puede causar en el bienestar y desarrollo psíquico y emocional de las niñas, atendidas sus edades, la eventual confusión de roles sexuales que puede producírseles por la carencia en el hogar de un padre de sexo masculino y su reemplazo por otra persona del género femenino, configura una situación de riesgo para el desarrollo integral de las menores respecto de la cual deben ser protegidas».