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Dos rebeldes comunistas de Filipinas se convirtieron en auténticos compañeros de fatigas después de casarse en un campamento de la selva, informó el lunes un diario.

Envueltos en una bandera roja con la hoz y un martillo de lentejuelas doradas, intercambiaron sus votos, caminaron bajo un arco de rifles de asalto y recibieron una serenata de canciones revolucionarias de amor de un coro de camaradas del Nuevo Ejército del Pueblo.

Ka Andrés y Ka José, que usan la palabra «hermano» antes de sus hombres, sostuvieron cada no una bala durante la ceremonia en la isla de Mindanao, al sur del país, para mostrar su «compromiso con la lucha armada», dijo el diario Daily Inquirer filipino. «Lo que tenemos que hacer ahora – con la ayuda del partido – es trabajar en nuestro matrimonio y ser fuertes mientras servimos al pueblo», dijo José, que con 21 años es 33 más joven que Andrés.

La homosexualidad es un tema tabú en Filipinas, y los estereotipos de hombres ostentosamente afeminados se refuerzan en los medios de comunicación.

El movimiento comunista – que protagoniza una insurgencia en las zonas rurales y pobres desde finales de la década de 1960 ha sido más progresista, añadiendo las relaciones entre el mismo sexo y el matrimonio a sus guías en 1998.

Sin embargo, José y Andrés dijeron que se toparon con la cultura «patriarcal» de Filipinas cuando decidieron casarse.

«Tuvimos cuidadosos debates para hacer comprender a los camaradas las relaciones homosexuales y los derechos homosexuales», dijo Andrés.