Por Fernando Muñoz

Bajo la consiga de NO al matrimonio, Sí a la herencia, los candidatos presidenciales reducen el tema de la pareja homosexual a lo netamente material. La excepción: Tomas Hirsh, lo que no nos sorprende, ya que lo había anunciado en la última marcha del orgullo.

La negación del fundamentalismo cristiano

El último debate presidencial nos dejó con mal sabor. Ante la pregunta planteada sobre el matrimonio homosexual, los candidatos mostraron sus tímidas cartas, haciendo guiños de acercamiento al electorado conservador y cristiano y dejando una vez más al mundo de la diversidad sexual de lado.

Si revisamos las respuestas de los candidatos frente al tema del matrimonio entre personas del mismo sexo el Sr. Lavín sacó a relucir su versión más retardataria y calificó al matrimonio como un vínculo exclusivo entre un hombre y una mujer ¡y que más se puede pedir! si así lo establece la enseñanza fundamentalista cristiana que debe manifestar un buen miembro del Opus Dei. De hecho recalcó que con no él no hay posibilidad de equivocarse, que en su gobierno no habrá matrimonio homosexual, dejando en claro que hay temas en los cuales él y su partido no cederán. Por lo mismo mientras la UDI siga siendo el partido con más parlamentarios en Chile no habrá posibilidades de avanzar en la conquista de nuestros Derechos.

Por su parte el candidato de RN tampoco fue más allá, sorprende que después de un anunció de apoyo realizado hace un par de semanas, titubeara para decir que no estaba de acuerdo con el matrimonio, que lo que se podía regular era el patrimonio y el derecho a herencia. Respuesta un tanto materialista, para un tema que es un poco más profundo, que implica una postura frente a la diversidad y al respeto de las personas y su sexualidad. Esta reducción exclusiva a lo material es una referencia nítida del modelo de mercado que representa, en donde lo subjetivo, los sentimientos de las personas no tienen mayor importancia.

Si, pero No. Las contradicciones de la coalición gobernante

La candidata concertacionista, de orientación socialista según declaran, tampoco lo hizo mejor, de hecho negó la posibilidad del matrimonio homosexual. Este no está en su Programa de gobierno, pero sí apeló a una referencia de convivencia francesa, la cual también se refiere a formas de administración de patrimonio conjunto, que trata de un acuerdo entre las partes, para manejar algunos asuntos administrativos. Al parecer, las buenas ondas y las declaraciones del llamado mundo progresista aún no logra asentarse en la Concertación, persistiendo una ambigüedad en el tema, marcada por las buenas intenciones de algunos y la práctica concreta de no legislar sobre el tema. En definitiva, habrá que esperar que la Concertación resuelva asumir algún compromiso al respecto, habrá que esperar a que decidan si están por seguir los designios de la iglesia católica o prestaran oído a los ciudadanos que apuestan por la diversidad.

Algo de aire fresco,..pero insuficiente

Finalmente el aire fresco llegó con Tomas Hirsh, el único que asumió estar de acuerdo con la iniciativa, cosa que ya había hecho en la marcha del orgullo. Hirchs fue claro en sus planteamientos, “estoy de acuerdo” con el matrimonio entre personas del mismo sexo y se abrió a la posibilidad de hacer los cambios legislativos necesarios para avanzar en esa dirección. Lo lamentable es que a pesar de las buenas intenciones del candidato de la izquierda, su respaldo político, que es de importancia, es de carácter casi simbólico. Sirve para abrir el debate, pero no para avanzar en los cambios legales necesarios ya que el pacto Juntos Podemos difícilmente logrará representación parlamentaria debido a nuestro bien ponderado sistema binominal que excluye las representaciones minoritarias.

Ante esta situación los tiempos que vienen no auguran grandes avances. En los hechos los candidatos con opción al sillón presidencial no se comprometieron con nada. No hay espacio para concretar la demanda de igualdad que es el tema de fondo. Sobre este punto es que es importante hacer una revisión más allá de lo simplemente declarativo. La idea del matrimonio no está respaldada por un ideal romántico o por la legitimación del matrimonio como único vinculo valido y legitimo de convivencia.

Matrimonio es Igualdad. El desafío pendiente…..

El tema central, de fondo, es la igualdad de derechos. Los homosexuales, lesbianas, trans son tan personas como los heterosexuales, con los mismos derechos, por lo tanto el establecer una diferencia en el tema del matrimonio es negar los derechos, es definitiva un acto discriminatorio, es establecer que los homosexuales, lesbianas y trans son ciudadanos de segunda clase.

El derecho al matrimonio pone en evidencia las contradicciones de nuestra sociedad, esa que nos reconoce como consumidores, como dueños de un patrimonio, pero no legitima nuestras uniones, no valida nuestros sentimiento y nos cataloga como una rareza a la cual sólo se le pueden dar algunos derechos, pero no todos.

Nuestros gobernantes olvidan que nuestra Constitución establece que Todos somos iguales, que tenemos los mismos derechos. Lo mismo indica la Declaración Universal de los Derechos Humanos y reconocen los Pactos Internacionales, a los que Chile ha adscrito.

Esta situación nos pone ante grandes desafíos, ante el reto de trabajar y seguir luchando por la igualdad, por ser reconocidos realmente como ciudadanos, con plenos derechos, sin restricciones o premios de consuelo, te quieras o no te quieras casar.

Igualdad para vivir, igualdad para amar.

Por Fernando Muñoz