Es una estrategia sistémica el generar una plataforma que permita la integración de la a – normalidad a los cauces de la normalidad proveídas por la cultura hegemónica, expresada en el régimen heterosexual que modela y referencia a todas y todos. A MUmS, del cual soy parte, le parece importante generar reflexión en torno a la falacia cultural de la hétero y homo sexualidad, dando cuenta de que estas construcciones culturales en definitiva delimitan la normalidad/anormalidad respectivamente, sustancia y cuerpo de los mecanismos de exclusión que se aplican a las personas por sus diferencias.

Que demos cuenta de esta construcción cultural, nos permite señalar el poder que origina este entramado: el patriarcado y las distintas valoraciones de raza, clase, género que sustenta. Por otro lado expone el carácter artificial no sólo del género o del sexo, si no de todo. Es esta artificialidad manipulada la que ha permitido que la heterorealidad delineada por el patriarcado, se haya convertido en una ortodoxia inteligente que nos normaliza desde antes de nacer y que oprime o se amabiliza para seguir fortaleciéndose y preservándose.

Desde este marco creemos que la cultura artificial, me centro en el ámbito de la sexualidad, puede ser deconstruida, destruida, construida por artificios que surjan fundamentalmente desde la intencionalidad de nuestra anormalidad, torcedura le llamaré más adelante, para construir otra cultura que sea resultado del desaprendizaje de los modelos y de los prejuicios que construye, vuelvo a insistir: heterosexuales, que nos han referenciado y tendamos a socavar la clasificación de la que se vale el ojo supervisor de la heteronormatividad para organizarnos, encasillarnos y mantenernos en el redil destinado a las mal llamadas minorías

¿Cómo construir esta cultura vaciada de normalidad y anormalidad artificial? ¿Cómo construir esta cultura torcida en relación a la rectílinea cultural indicada por la heteronormatividad?

Y aquí nos cuadramos con la invitación, puesto que el arte y el cine como una de sus expresiones es una de las herramientas que podemos utilizar para ello. Será el arte entonces una herramienta de construcción cultural y si nosotros(as) queremos de transformación de esta cultura y no de reproducción. La producción artística será fundamental en este camino, siempre y cuando aporte a la generación de nuevas narrativas, de nuevas páginas a completar, que deconstruyan, que resignifiquen, que reconceptualicen y creen nuevos caminos para fortalecer el debate, la toma de posición, la reflexión y la construcción de verdad de un nuevo mundo, que aunque suene cursi, es lo que de verdad muchas muchachos y muchos muchachas queremos. Y es aquí en donde delineamos ya un tema que debe importarnos en tanto existe desde el arte, en el arte y en nosotros y nosotras mismas: una tensión interna referida a si es y se es y somos una herramienta de transformación cultural o es y se es y somos una herramienta de legitimación de la heterorealidad cultural.

La transformación de esta cultura y la legitimación de la misma hacen emerger otros dos conceptos: la resistencia y la integración respectivamente, fundamentales en el camino de la igualdad, pero desarrollada y promovida, por cierto, en un modelo que lo permita y que no promueva por el contrario la necesidad de integrarse a lo que el sistema de lo normal instituye como verdad absoluta. Sobrevolaré este punto haciendo algunas relaciones con el arte que es lo que nos convoca el día de hoy, desde la integración, la resistencia y algunas conclusiones personales y muy generales en torno a cómo transitar hacia el mundo que se sueña.

1.- Acerca del arte, la integración y otras yerbas de una misma rama

Relevaré dos aspectos:

El arte es respuesta a modelos políticos, económicos, sociales y culturales. Esta respuesta, sin embargo, ha establecido reacciones superficiales que no han sido capaces de subvertir la plataforma madre: el patriarcado. Desde esta perspectiva el arte seguirá entonces, actuando como reproductor cultural, en muchas ocasiones disfrazado de alternativa revolución. Si el patriarcado acuna al arte claro está que será éste y la heterosexualidad el alero intelectual de las propuestas artísticas y la reflexión que se puede generar a partir de estas se encapsularán en los dispositivos de normalización.

Por ejemplo la película El secreto en la montaña, expresa la discriminación hacia los gays, desde un ámbito marcadamente masculino: ser vaquero, sin embargo, no profundiza en el por qué de la discriminación, ¿será a los gays o a la femineidad que estos representan?¿será entonces misoginia, odio a las mujeres?¿será la forma en que construimos las relaciones de pareja? ¿será que es un cuento de la parejil pareja, citando a Margarita Pisano, en donde la mujer se banca el aparente engaño de la construcción fiel de la heterosexualidad? ¿Y qué es el engaño?¿ Creer que el amor dura para siempre o que la homosexualidad y la heterosexualidad de verdad existen?

Entonces, vuelvo a que el arte no está libre del patriarcado y es así como se transforma en herramienta de reproducción en donde el mundo homosexual será más aceptado en la medida en que más deseos tenga de integrarse .

Y es allí entonces y desde la inexistencia de una actuancia con perspectiva de género, desde donde se promoverán soterrada y a vox populis, demandas integracionistas de los movimientos de diversidad como el matrimonio homosexual o el servicio militar indicando desde la más profunda conservaduría y reproducción que será este un nuevo camino hacia la igualdad ¿ igualdad en dónde? En un sistema que no es , ni brinda igualdad de oportunidades1. Todo esto no hace si no fortalecer las hegemonías que nos han construido como anormales, porque claro los más normales querrán casarse y tendrán leyes que rijan su posibilidad, su ración de heterosexualidad, que se fortalece a través de esta acción y mientras tanto a las trans y a todos y todas que sean más anormales que los que desean las leyes de la normalidad, les siguen sacando la cresta los pacos y los neonazis.

En este punto imposible no hablar de la mercadotecnia que en sus análisis ha distinguido distintos opuestos culturales que le han permitido vender todo aquello que está cargado con atractivo subcultural, por eso es súper ¡TOP! haber leído los libros de Pedro Lemebel, aunque se sea alguien que discrimine a las locas y en Santiago, no sé si aquí en Valdivia será lo mismo ir a ver cine gay es una experiencia transportadora, pues por ser cine gay ya es cine arte. Los vaqueros gays lo masificaron ahora, lo que indica del proceso de integración en el que estamos inmersos. Poco a poco, de hecho, las sociedades van acercándose a los ghettos homosexuales que permitió el sistema y que transformados en subcultura comienzan a situarse en los grandes escaparates del gran consumismo de masas, TATU, que eran , pero que no eran, refuerza esta teoría.(15 lucas cuesta la entrada para ver el aparataje tecnológico que las hace cantar). Ellas fueron algo importante de la base de lo que el periodismo y la Psicología chilena hoy por hoy se descretan en investigar: la moda lesbiana.

Entonces, sintetizo: La cultura de masas ha ido incorporando dispositivos estéticos que permiten que la cultura hegemónica se funda con la subcultura y así hace que la rebeldía , la disidencia se venda en las mejores tiendas , siendo este hecho explicación, para que por ejemplo un chico blanco, de clase media, medio facistoide, racista por cierto entre otras cosas use ropa hip -hop o se transforme siendo súper machista en chico Bi-Sual, una tendencia andrógina adolescente desprendida del manga animé japonés mezclado con música gótica, que lleva a que jóvenes se vistan con accesorios femeninos en Santiago, lo que da cuenta de cómo anticipadamente se vacía de contenido cualquier atisbo de movimiento contracultural.

Así y a través del alero intelectual patriarcal, de los aportes de la mercadotecnia, el arte se transforma en un mecanismo de integración, más que en una herramienta de transformación cultural que libere las posibilidades de emancipación individual. Y digo individual porque a lo que nos enfrentamos es a una clasificación masiva de los afectos que se establecen entre las personas, que a través del escenario esbozado, fortalecido por el arte, subsume expresiones que no le sirven al sistema, así es que veamos cómo integramos a los maricones y mariconas para no desestabilizarlo. Esto también ayuda a explicar que los gays y las lesbianas cada vez más se sientan y quieran ser parte de la heterosexualidad y generen conductas discriminatorias hacia todos esas diversos sujetas y diversas sujetos que de una u otra forma sienten que se lo impiden, como la loca, el maricón, el hueco, la trans, la torta, la camiona, la marciana y es que dime con quién andas y te diré quién eres…Sin duda esta necesidad de integrarse a las bondades sistémicas fortalece un mundo homosexual que discrimina y un universo discriminador e intervenido, sin duda, por conflictos de raza, clase, género.

En este recorrido surgen otras preguntas ¿cómo el arte facilitará que no nos aturdamos frente a los designios heteronormativos que hacen pensar a la mayoría también artificial que somos inferiores, enfermos, degeneradas?¿Cómo haremos emerger una nueva cultura, más nuestra, más humana, más justa que se desprenda del desarrollo de nuevos modelos, discursos y prácticas que permitan forjar una intelectualidad y actuancia colectiva que erradique la discriminación y los mecanismos de exclusión que la sostienen?

Resistencia cultural, de ella, diversidad y otras yerbas de la misma rama anterior

Los postulados de los teóricos de la resistencia describen el rol que las personas tienen de criticar la opresión y las formas en que se participa a través de las conductas de oposición en una lógica que muy frecuentemente nos asigna una posición de subordinación de clase ( las colitas y las camionetas, más aún las camionas son inferiores) y de derrota , por cierto , política(no somos sujetxs de derechos, sólo basta constatar la existencia del artículo 373 del código penal)

La crítica y la participación resistente, no se pueden olvidar, más aún en un escenario normalizador marcado por contradicciones estructurales e ideológicas que fortalecen y permiten la existencia de relaciones de poder asimétricas que favorecen a las clases dominantes y a las ideologías que sustentan.

En este contexto siempre habrán personas que se opondrán y se cuestionarán aquello que nadie se cuestiona , por considerarlo normal, por lo que agrego que efectivamente existe resistencia ante el patriarcado y la heterosexualidad como ortodoxias, este Ciclo de Cine es una muestra que me permite añadir que el arte , por cierto, inflama la resistencia cuando da cuenta de las relaciones asimétricas de poder y de sus impactos, que permiten y promueven la anulación de las personas a través de la subordinación, que será más tarde el deseo de integración a la mayoría que construye las minorías.

En este punto recuerdo algunos títulos de películas como Criaturas Celestiales, que plantea claramente la magra intervención médica en el proceso de normalización heterosexual y la enajenación que esto provoca, Los muchachos no lloran, que dejando de lado la “heterosexualidad” de Brandon enuncia un sujeta político profundamente invisibilizada, El camino de Moisés, de la chilena Cecilia Barriga que aporta a la deconstrucción de la heterosexualidad trans masculina a través de la serena desacralización del pene que hace Moisés en su última decisión o Pink Flamingo que desde la irreverencia trans femenina narra la existencia de multitudes sexuales y no de minorías. De esta manera es que se enuncian claramente temáticas invisibilizadas haciendo emerger la discusión necesaria para avanzar en transformaciones culturales, sin embargo, debo reforzar, que si no hay práctica, conciencia del proceso de normalización al que sin preguntarnos se nos incorpora, veremos estas cintas y otras, desde la perspectiva de la heteronorma y no desde la torcedura que poseemos y que es punto de fuga para generar espacios nuevos de construcción cultural, por cierto, posterior a veces, paralelamente las más, al proceso de resistencia que somos capaces de desarrollar de acuerdo a nuestra capacidad crítica, a nuestro estado de alerta.

Entonces, primer paso: Tomar distancia de nuestra propia normalización, para reconocer en nuestra torcedura, o de otro modo dicho en nuestra patita atrás, en nuestro arroz quemado, en nuestras tortillas frescas, en el truco, en la virutilla, el punto de fuga que nos permita acercarnos a la construcción de una nueva cultura que se note en nuestra forma de relacionarnos, en nuestra manera de ver y vivir una sexualidad sin culpas, en nuestra manera de ver cine, de ver la vida, de hacer de la homosexualidad inventada por la heterosexualidad, el inicio de un constructo de resistencia y no una máscara que contenga y fortalezca la exclusión2.

Cuando se define Arte se indica que es una virtud , una disposición, habilidad para hacer alguna cosa, que es una aplicación del entendimiento a la realización de una concepción, entonces el arte es de las lesbianas, de los gays, de las trans femeninas , de los trans masculinos, de los Inter, de los raras, de las camionas, de los colas, de las fletos, de la maría tres cocos y la maría trailer, del nunca bien ponderado hueco y su amiga loca, de la marciana y la bicicleta, pero es desde la responsabilidad que se tiene en el camino de construir debate, reflexión y acción en los entornos que desde su pura presencia y enunciación se intervienen.

Estas sujetos existen en una relación contradictoria con la sociedad dominante, por tanto desde este reducto que por derecho propio se transforma en resistencia, debemos restaurar a lo menos muchos grados de agenciamiento, sin reproducción de las mismas estructuras e innovación a lo menos por el momento, de la cultura que nos consume y que consumimos.

Entonces para ir finalizando, seamos capaces de generar un proceso interno que como les decía, nos lleve a evaluar nuestros propios procesos de normalización y desde allí descubrir, en primera instancia, las prácticas discriminatorias que siendo discriminados y discriminadas los gays, las lesbianas y lxs trans , hemos sido capaces de desarrollar, pues sólo en ese reconocimiento podremos proyectar el generar, desde nuestros distintos ámbitos de acción en lo público y /o en lo privado verdaderas estrategias o mecanismos Deconstructivos que comiencen por socavar los mecanismos de exclusión de los que somos objeto y también aplicamos: invisibilización, no existimos y lo que no existe no tiene derechos, naturalización que es de otra forma dicho normalizar que somos anormales y otorgar un lugar fijo a las personas (las mujeres deben encargarse de la prole), inferiorización, la categoría de enfermedad mental atribuida a la homosexualidad, hasta los 80 es un ejemplo concreto de este mecanismo.

Disfruten la película3, para volver al arte del cual me distancie en algún párrafo y véanla, así como todas las expresiones artísticas incluso las más cotidianas, con un solo sentido percibir la norma, percibir que la discriminación aún existe, percibir que soy parte de la heterorealidad, pero que soy capaz de reconstruirla desde los puntos de fuga que coexisten con mi normalización, por eso mismo abran bien su ojo menos heterosexual, ese que a veces tiene contracturadas hasta las pestañas , para que mañana, definitivamente, el futuro, nuestro futuro no sea la continuidad del pasado.

Dedicado al maravilloso y querido mundo trans, que espero en otros Ciclos sea contemplado.

(1) Se explicita que lo que se indica con respecto a demandas integracionista es pensamiento de la autora.
(2) La existencia de la homosexualidad refuerza la existencia de la heterosexualidad, al ser esta última una expresión mayoritaria, contiene a la homosexualidad, la que al ser contenida agrega su fuerza a la heterosexualidad.
(3) Esta lectura se realizo en el ciclo de cine de valdivia , por lo que la invitación a ver cine se extiende a Santiago y al país no sólo desde la perspectiva de un cine GLBTI sino desde la mirada que tenemos para ver cualquier tipo de manifestación cinematográfica.