Entrevista a Anatolia Herrnández, Presidenta del Mums

Por primera vez desde la fundación del movimiento una lesbiana está a la cabeza de la organización. Aquí podemos leer la primera de una serie de entrevistas que creemos necesario formular a quienes participan con mayor dedicación y compromiso en el Mums.

Anatolia Hernández es la primera Presidenta del Movimiento Unificado de Minorías sexuales en 15 años de trayectoria. Se ganó el respeto de Gay, Trans y Lesbianas con su permanente e incansable trabajo junto a su pareja Freya. A sus treinta y tantos, desborda de pasión y energía para enfatizar la importancia que tienen las orgánicas mixtas (gay-lésbicas y trans) en la lucha por el respeto a la diversidad y búsqueda de la igualdad ciudadana, en una cultura aún violenta y discriminatoria como la chilena. También se puede destacar en su performance diaria como activista, una buena dosis de humor, una sólida formación teórica y su apuesta por una vocería múltiple del movimiento, sin personalismos exacerbados ni protagonismos ególatras. Se percibe poco a poco una nueva generación de recambio en el movimiento Lésbico, Gay y Trans de Chile.

¿Qué énfasis se ha dado a la gestión política del Mums este último año?

El foco político del Mums está concentrado en generar mejoras a la ley antidicriminatoria y desde allí aportar al debate de las organizaciones y de lxs activistas a en términos de generar estrategias para enfrentar en control social. No puede ser que aún el sistema jurídico chileno intente abordar las demanadas LGTB a través de este tipo de leyes, sin incorporar sus voces, en tanto que la ley mencionada se discute entre cuatro paredes. Esto ha significado que la propuesta que se discute en el Senado sea hoy tan sólo un manifiesto de buenas intenciones que dista mucho aún de proveer un escenario en donde realmente las conductas discriminatorias sean enfrentadas con la seriedad y rigor que merecen.

La atomización y fragmentación del activismo Lgtb ha sido una constante en el trabajo desarrollado en Chile ¿cómo ves el proceso político de las organizaciones que trabajan por las minorías sexuales?

La atomización y fragmentación no es una característica exclusiva del mundo Lgbti, lo que quiere decir, a modo de aclaración, que tiene esto tiene un correlato con las diversas plataformas ideológicas que existen. En el mundo lgbti creo que se deben generar acuerdos concretos con respecto a los avances y las actuancias que deberíamos desplegar en torno socavamiento del patriarcado como fuente de las relaciones asimétricas de poder que existe entre los géneros. Desde allí debemos ir superando los terribles conflictos que existen en torno a clases, raza, edad y otros ejes que fortalecen la discriminación. En este momento percibo que no estamos en un escenario tan fragmentado si me focalizo en la importancia que las organizaciones, y que Mums, le ha otorgado a la ley que establece medidas en contra de la discriminación. Y lo digo pues hemos podido generar una mesa de trabajo , en donde hemos compartido nuestra miradas respecto de la ley. Miradas muy coincidentes. Esto nos indica que independientemente de las diferencias que tengamos podemos articular un trabajo desde aquellos aspectos que nos unen.

¿Qué pasa con los cuestionamientos de algunos sectores lésbicos respecto a tu participación y a la participación de lesbianas en orgánicas mixtas como el Mums?

No existen cuestionamientos directos a mi con respecto a mi participación, pues creo – y en el contexto de trabajar en una orgánica mixta- que han visto que el trabajo lésbico desde que estoy, y estamos con otras lesbianas, se ha fortalecido y por ende se ha visibilizado. Yo valoro mi participación en el Mums precisamente desde la interrelación entre todas las identidades en términos del conocimiento mutuo y de los avances que hemos ido desarrollando en el marco de lo que podría llamar «actuancias con perspectivas de género». Eso ha sido un trabajo político no sin dificultades, pero con frutos concretos que me tienen hoy día en la presidencia apoyada tanto por lesbianas como por gays y trans. Nuestro objetivo ha sido relevar las diferentes problemáticas de las diversas identidades a una lucha conjunta, en donde por cierto no nos olvidamos de la discriminación de las mujeres y menos de las lesbianas.

A fines de octubre se presentará el Informe Anual de Derechos Humanos 2006 en el cual has tenido una destacada participación. ¿Cuáles son los puntos centrales que singularizan el informe de este año?

Hay una apuesta por reconstruir la historia por lo que hicimos un recorrido a modo de marco referencial de lo que ha sido la discriminación, describimos su origen, sus expresiones y la lucha que se ha llevado a cabo en Chile, por parte de las organizaciones en pro de los derechos de lesbianas, gays y trans. Este trabajo de recopilación e investigación contó con el aporte de distintxs actorxs políticos de las organizaciones que se transformaron en fuente directa de información. Otro de los objetivos que nos convocó fue articular la integración y participación de otras organizaciones. Por este motivo nos propusimos presentar primero un borrador en Septiembre, lo que ya fue realizado, para que estas revisaran, complementaran e hicieran sus aportes específicamente en el marco de las sugerencias y las conclusiones. Creo que esto es un sello del Mums que busca nuevos procesos de trabajo político colaborativo. A fines de octubre se verá el fruto de un trabajo conjunto.

En términos de los casos concretos de discriminación recopilados cuales son los aspectos que merecen tu atención. ¿No ha avanzado nada Chile?

Si hago una comparación con el informe del 2005 la respuesta es no. Es no porque la discriminación y las conductas discriminatorias siguen existiendo en una especie de linealidad, una inercia cultural que imposibilita la transformación de las conductas. Impacta también de la inexistencia de una ley antidiscriminatoria. En este sentido me llama la atención que los casos siguen afectando en su gran mayoría a la identidad trans. Por otro lado, el aumento o quizás la visibilización del accionar de grupos neonazis, la indolencia, los prejuicios y la discriminación ejercida por los aparatos de seguridad y el temor de las lesbianas de denunciar. En este sentido, a modo de ejemplo, dos lesbianas que fueron golpeadas brutalmente y no quisieron aparecer en el informe por temor. Esto te hace pensar que hay muchos casos similares, pero que están abordados desde la violencia hacia la mujer, que es real y concreta obviamente, que para efectos de nuestro trabajo invisibiliza la real violencia que viven las lesbianas y que ha aumentado. Hay varios casos que se han recopilado este año que se refieren a ataques en la calle a plena luz del día, incluso.

El Movilh de Rolando Jiménez ha desarrollado un intenso lobby por la aprobación del Pacto de Unión Civil. ¿Cuál es la postura del Mums respecto a esta iniciativa?

No se niega que existe una necesidad de un sector de la población gay – lésbica y trans que está interesada en este tema. Por cierto que no hay cuestionamiento a la necesidad de regular el ámbito del patrimonio de la parejas, de la salud y previsión. Es incuestionable. Sin embargo, hay tres cosas que nos preocupan. Por un lado la falta de participación amplia de las organizaciones en la construcción de esta ley. Por otro, el PUC aborda solamente un espectro de lo que son las necesidades en el marco de la igualdad jurídica lo que pone a esta iniciativa en una dirección que opera sobre lo inmediato pero no sobre el verdadero concepto de igualdad, vale decir que el PUC crea un estatus legal nuevo y al ser así no podemos decir que estamos aportando a la igualdad. Por último, y lo dije en una exposición reciente en un foro, es válida la temática que intenta regir el PUC, pero hay tanta lesbiana gay y trans que no tienen literalmente en donde caerse muerto, es decir, creo que hay una apuesta a trabajar para que todos tengan acceso al patrimonio que pretende regular porque por el momento este patrimonio es simbólico para muchas parejas. También es importante destacar que un caso emblemático como el de Karen Atala queda absolutamente afuera de este marco regulatorio pues el proyecto no involucra ni exige ningún tipo de reconocimiento para madres lesbianas. Nosotros seguiremos trabajando en función de lograr una ciudadanía plena. No estatutos jurídicos para ciudadanos y ciudadanas de segunda categoría con derechos restringidos.

¿Cuáles crees tú que son los principales desafíos del Mums en el futuro próximo?

Seguir avanzando en la mejoras de la ley antidiscriminatoria. Seguir avanzando en la reflexión y en la profundización de proyectos como el PUC. Consolidar el trabajo y los productos de las lesbianas y trans del Mums, que por cierto se han ido preparando a través de talleres que hay, abordando diferentes focos de capacitación y empoderamiento político. También profundizar en el trabajo de investigación y de sistematización de la historia y de los nuevos escenarios en donde se mueven estxs sujetxs polìticxs, puesto que no existe un sólo tipo de lesbiana, de trans o de gay.