Los pasados días 7,8,9 y 10 de diciembre se realizó en Santiago el Primer Congreso Nacional de Derechos Humanos, organizado por la Asamblea Nacional por los DDHH. Mums se sumó participando en el comite de minorías sexuales y presentó el siguiente documento en el congreso.

Documento Congreso de Derechos Humanos

Desde la década de los 80 que las organizaciones de diversidad sexual vienen luchando por el respeto de los derechos humanos de las personas que no son heterosexuales, lo que se ha traducido en algunos éxitos como la derogación del artículo 365 del Código Penal que penalizaba con cárcel las relaciones sodomíticas consentidas entre dos personas adultas. Sin embargo la violencia que se ejerce sobre personas lesbianas, gays, transgéneras, bisexuales, sigue siendo amplia y diversa y se centra en el estigma y discriminación surgido de hegemonías culturales que se autopreservan desde distintas instancias de poder.

Esta situación permite que de modo constante se transgredan los derechos aparentemente protegidos por Chile a través de la suscripción a diversos Tratados y Pactos Internacionales de Derechos Humanos como lo es el Pacto de Derechos Económicos, Sociales y culturales (DESC) y de la protección directa que se hace de algunos de estos en el artículo 19 de la Constitución Chilena.

Expresiones de dicha violencia se expresan con claridad en los Informes de Derechos Humanos elaborados por el Movimiento Unificado de Multitudes Sexuales/muMs y Amnistía Internacional que indican entre otros hechos que:

  • Desde el 2002 a la fecha existen más de 45 casos de personas transgéneras asesinadas y que exista otro porcentaje de casos de muertes que ni siquiera han salido a la luz pública.
  • La expresión más visible de personas transgéneras en el espacio público está relegado al trabajo sexual, pues no existe otra posibilidad laboral que este sistema social y cultural les permita.
  • Entre el ano 2005 y 2006 se ejecutaron 85 denuncias a distintas instancias sobre vulneración de derechos. De estas la mayoría fue formulada a instancias informales de recepción de denuncias , vale decir ONGs, Páginas web que abordan la temática, otros.
  • De los casos de vulneración de derechos recopilados en los informes de muMs en el ano 2005/2006, el 100% correspondía a situaciones que implicaban violencia hacia las y los sujetos, la que se manifestaba en agresiones familiares(expulsiones de hogar, golpes y encierros), educativas (acosos de profesores y pares, expulsiones), laborales(despido de trabajo), callejeras(golpes que en algunos casos causaron la muerte propinados por diversos grupos en donde los de tendencia neonazis han ido agudizando su acción a través de los anos)
  • La tutela de hijos o hijas para personas lesbianas es un proceso lleno de presiones familiares y de las instancias judiciales, en tanto por lo general, éstos/as son quitados a sus madres por considerarlas no aptas para ejercer la maternidad. Caso emblemático de esta situación es el de la jueza Karen Atala, quien interpuso un recurso jurídico frente a la Corte Interamericana de Derechos humanos. Otros casos de madres lesbianas se disfrazan de otros argumentos.
  • Pese a la existencia de la ley del Sida, se siguen transgrediendo los derechos de las personas vulnerables a esta enfermedad y de las personas que viven con el virus del VIH, lo que incide en su calidad de vida, en tanto, son excluidos de distintos espacios sociales.

Este escenario someramente descrito, exige la toma de posición frente al concepto de igualdad tan manoseado por una democracia que se dice participativa, pero que aún sigue excluyendo.

La vulneración de los derechos de las personas que no son heterosexuales, no es sólo un tema restringido a la diversidad sexual como movimiento social, es por el contrario, una responsabilidad de todo el movimiento social chileno, en tanto lo que la exclusión de esta identidad representa, es el fallo de la concreción de los derechos de todas las personas y da cuenta además del profundo impacto que variables relacionadas con el género, la clase y la raza, han gestado en la sociedad que profundiza a su vez, las estrategias para mantener y autopreservar la cultura de violencia, no sólo hacia homosexuales, sino también hacia indígenas, jóvenes, medio ambiente, sólo por mencionar algunos/as.

La diversidad sexual está sin duda, profundamente dañada por las construcciones culturales que se han tejido en torno a la sexualidad, provenientes desde la Iglesia, la medicina y sectores políticos conservadores, pero desde hace rato que dicho daño se transforma en fuerza, para abordar la defensa de sus derechos desde la construcción de discursos globales, que den cuenta a la comunidad conciente y libertaria de que somos antes que práctica sexual, sexualidad, expresión de género, identidad sexual, personas que creen en la construcción de un mundo más justo y humano que requiere cambios integrales que no sólo van tomado del abordaje de la construcción cultural del género y la represión que esta representa.

En este camino existen derechos básicos que deben ser protegidos y promovidos y que no se distancian de los derechos protegidos y promovidos por todo el movimiento social chileno, imbuido, se insiste, de pensamiento y acción libertaria para la transformación cultural de un país que con nuestro esfuerzo puede ser menos violento y más justo. En este camino es que nuestras propuestas y exigencias para Chile y el Movimiento social, del cual somos parte, se centran en las temáticas que a continuación se consignan:

  • Será compromiso del Movimiento Social Chileno y de todas las orgánicas que lo conforman abrir espacios al conocimiento de la diversidad sexual y de sus discursos y prácticas en pro de la construcción de un mundo más justo y humano. Las alianzas que se puedan construir son fundamentales en el camino de energetizar todas las luchas. De esta manera se podrá avanzar además en la inclusión en la agenda política, del debate sobre identidad de género, resguardo de bienes entre parejas del mismo sexo, salud de personas no heterosexuales. En este último punto se contempla la necesidad de evaluar la implementación de la ley de sida, la incorporación a planes de salud público de operaciones de transformación corporal de las que se hacen parte algunas personas transgéneras.
  • Debe ser compromiso del Movimiento Social Chileno el hecho de apostar a la igualdad y equidad social a través de la promoción de los derechos humanos, por lo que los Derechos sexuales y reproductivos deben estar incorporados en su agenda política.
  • Será compromiso del Movimiento Social Chileno que aparentemente no esté directamente relacionado, apoyar la promulgación de la Ley que establece medidas en contra de la discriminación y sobre eso presionar por la inclusión de nuevas indicaciones a la misma, en tanto, así como se discute en la actualidad, no deja de ser un manifiesto de buenas intenciones que poco avanza en el camino de la erradicación de la discriminación.
  • Debe ser nuestro compromiso la exigencia constante al Estado y el gobierno chileno que lo represente, favorecer la constitución de una Defensoría del Pueblo, que siga, acompañe y apoye los casos de vulneración de derechos independiente de la orientación e identidad sexual y expresión de género de las personas.
  • Se debe presionar desde el Movimiento social chileno, la concreción de la institucionalizad de la ley que establece medidas en contra de la discriminación, de tal modo, que exista un organismo autónomo, con recursos propios, que apoye y asesore los casos de discriminación, así como que diseñe, implemente y evalúe dicha implementación de la ley y de diversos programas que intenten disminuir el estigma y discriminación a las personas no heterosexuales.
  • Será responsabilidad de todo el movimiento social chileno el plantear reformas constitucionales que permitan sean respetados y promovidos los DESC. Entre estas reformas se plantean:
    • Derogación del artículo 161 del Código del trabajo, que permite que se despida a las personas por necesidad de la empresa.
    • Derogación del artículo 373 del Código Penal, que rige sobre la moral y las buenas costumbres, lo que facilita interpretaciones subjetivas en desmedro de la objetividad como principio que debe ser parte de la ley.
    • Derogar artículo 374, 495 N 1, por favorecer la mirada sobre moral y buenas costumbres centradas en una expresión patriarcal y heterosexual, lo que favorece que sólo exista una forma aceptada y viable de expresar afectos.

Finalmente las acciones de resistencia que logremos desarrollar en un contexto en donde la autoridad genera una resistencia aún más perversa, será el punto inicial para modificar la violencia estructural que se expresa históricamente en la educación, la salud, el trabajo y las instancias policiales que de modo sistemático a través de la historia, han ejercido violencia sobre las personas no heterosexuales apoyando con fuerza, su relegación a la categoría de personas sin derechos.