Por Víctor Hugo Robles*/ junio 2009

Hace 40 años, en la madrugada del 27 al 28 de junio de 1969, un hecho marcó para siempre la memoria colectiva de gays, lesbianas y trans en el planeta. Esa noche, como era costumbre, un bar gay llamado Stonewall en Greenwich Village, Nueva York, era allanado por la policía persiguiendo lo que la autoridad entendía por ilícito: servir alcohol a homosexuales, bailar entre hombres o travestirse de mujer. Pero, a diferencia de otras oportunidades, esta vez los gays, lesbianas y tras, se enfrentaron abiertamente con la policía, dando inicio a una inédita rebelión que duró días y noches, reuniendo a varios miles de personas.  Poco después de las protestas de Stonewall, se fundó el Gay Liberation Front, cuyo nombre se inspiró en el Frente de Liberación de Vietnam, iniciando las conmemoraciones del Día Internacional del Orgullo Gay, acontecimiento celebrado masiva y coloridamente en todos los rincones del planeta. 

En Chile, el 28 de junio de 1991, se crea el Movimiento de Liberación Homosexual, MOVILH histórico, homenajeando a los pioneros activistas de 1969, pero sumando a la lucha internacional las características propias de una sociedad que recuperaba lentamente su democracia luego de una larga y sangrienta dictadura militar. Ese 28 de junio en Santiago de Chile, un grupo de homosexuales capitalinos se reunió en el primer taller sobre derechos civiles, organizado por la Corporación Chilena de Prevención del SIDA, una entidad nacida a mediados de 1987 para prevenir el VIH/SIDA en la población homo y bisexual de Santiago. A la cita acudieron diversas personas, entre los que se contaban ex dirigentes de las juventudes comunistas y ex líderes de organizaciones sociales y religiosas. Todos diversos, pero unidos por el hecho de asumirse homosexuales, junto con haber luchado en contra de la dictadura militar.

Tras la derrota de Pinochet en las urnas, el 5 de octubre de 1988, surgieron nuevos horizontes políticos para el movimiento gay, lésbico y trans de Chile, articulando en este período de transición una voz activa, pública y militante. Sin estar en la agenda de los partidos democráticos y en medio de un complejo contexto de negociaciones políticas entre civiles y militares, irrumpen las demandas del movimiento homosexual, incorporando la intricada temática gay en el debate público nacional. La transición a la democracia en Chile representó un proceso que permitió no sólo la realización de elecciones libres que llevaron a Patricio Aylwin a la presidencia, sino que también favoreció la emergencia de nuevas utopías de transformación social como es la liberación de la sexualidad en Chile. “Son los signos de la apertura”, señalaba la prensa de la época.

El taller de derechos civiles sirvió para realizar un primer diagnóstico sobre la discriminación que afectaba a gays, lesbianas y trans en Chile, estableciendo como lucha prioritaria la derogación del artículo 365 del Código Penal que castigaba con cárcel la sodomía consentida entre hombres adultos, unido al diseño de una audaz estrategia pública que situara la voz de la diversidad sexual en los entrecruces simbólicos la llamada transición pacífica a la democracia

Talleres de autoayuda, contactos con el mundo político de izquierda y resguardadas entrevistas a medios de comunicación alternativos,  fueron las primeras sendas del Movimiento de Liberación HomosexualSin embargo, al poco andar, el colectivo homosexual amplio su registro y decidió dar un paso emancipador. El 4 de marzo de 1992, organizaciones defensoras de los Derechos Humanos convocaron a una marcha en conmemoración de la entrega oficial del Informe Rettig, documento que reconoció por primera vez la responsabilidad de agentes del Estado en las violaciones a los Derechos Humanos en Chile.

Entendiendo la encrucijada histórica de sumarse a otras luchas sociales, el movimiento gay acordó  salir a la calle y participar del inolvidable mitín. En esa oportunidad se presentaron alrededor de diez homosexuales enmascarados, vestidos de riguroso luto y portando un lienzo que rezaba: Por nuestros hermanos caídos. Movimiento de Liberación Homosexual. Pese a que se ubicaron al final de la marcha, a la cola de la izquierda, las reacciones no se hicieron esperar; asombro en la mayoría, expresiones de simpatía entre las mujeres y deseos de otros de marchar lejos de los homosexuales.La importancia simbólica de ubicarse a la cola, como una especie de última lucha, unido al hecho de surgir en un período de inéditas negociaciones políticas, reforzó el sentimiento de asombro que produjo en la escena pública la defensa de una sexualidad sancionada.

Un sentimiento de asombro que hoy por hoy, a 40 años de Stonewall, en medio de conmemoraciones del movimiento gay internacional y agendas electorales nacionales, pareciera llegar a su fin, conquistando legitimidad un luminoso y orgulloso espacio bajo el sol para la diversidad sexual en Chile.  
 

* Víctor Hugo Robles es periodista y activista, conocido como El Che de los Gays, autor de Bandera Hueca. Historia del Movimiento Homosexual de Chile, Editorial ARCIS/ Cuarto PropioFoto: 4 de marzo de 1992, marcha en conmemoración de la entrega oficial del Informe Rettig.  Iris Colil. Archivo Histórico del Centro de Documentación y Memoria CEDOM del Movimiento Unificado de Minorías Sexuales MUMS.