Por Cristian Cerón, Coordinador Equipo de Educación MUMS / mayo 2010

El siguiente texto fue presentado en el Seminario «Chile dentro del Closet» realizado los días 17 y 18 de mayo de 2010.

Reflexiones sobre Educación y Diversidad Sexual

En el Movimiento por la Diversidad Sexual – MUMS, otrora Movimiento Unificado de Minorías Sexuales, como organización de la sociedad civil, entendemos y pretendemos un ideal de Educación, como agente de transformación sociocultural, que pretenda la liberación de hombres y mujeres, en virtud de concebir una sociedad más justa, más democrática y más inclusiva, sobre la base de la reivindicación universal de los derechos humanos.

Es así, que entendemos que toda nuestra estrategia apunta, a la abolición de las categorías sexuales que condenan a la infelicidad de hombres y mujeres, y que sólo sirven de sustento al poder patriarcal dominante. Las definiciones como “gay”, “lesbiana”, “homosexual”, “bisexual”, “transgénero”, “transexual”, etc, para nuestro movimiento, las entendemos como categorías políticas y como tales resultan ser instrumentales para proponer una sociedad cuyos fines surjan de las propias personas. Pero ciertamente, sustentamos el discurso desde nuestra común opresión específica, la que posiblemente no difiere sustancialmente de la que vive cualquier hombre o mujer de nuestro pueblo (Luis Gauthier y Fernando Bustos)1.

Pensamos que la normalización y la naturalización de la heterosexualidad como modelo hegemónico de relacionarse, no permite legitimar a nivel sociocultural ni reconocer legalmente otras formas de relación, como lo son, las relaciones entre hombres y las relaciones entre mujeres. Además de ello, la heterosexualidad como modelo normativo de prácticas sexuales y conductas de género, naturaliza la relación entre sexo y género, donde por ejemplo, las niñas desde la primera infancia y a través de sus vidas son inducidas a vestirse de rosado, a usar vestidos, a usar el pelo largo, a comportarse de manera delicada, a preferir ciertos juegos y no otros, a preferir las labores hogareñas y no las de fuera de casa, a colaborar con el cuidado y la crianza de sus hermanos y hermanas menores, a ser limpias, a ser educadas, responsables e inteligentes, a ser pudorosas con su cuerpo, a ser atractivas, a mantener una preocupación constante respecto de un modelo estético esperado, a utilizar de cierta manera su cuerpo y no de otra, a tener cierta preferencia sexual y no otra… Como también así con los niños, a los que se les promueve desde pequeños a vestirse de colores no femeninos, a usar pantalones, a usar el pelo corto, a no llorar, a preferir juegos más violentos y no delicados, a preferir ser productivos, a ser líderes en la vida social fuera de casa, a preferir algunos deportes por sobre otros, a ser duros y robustos, a ser mujeriegos, a utilizar de cierta forma su cuerpo y no de otra, a tener cierta preferencia sexual y no otra… Este tipo de naturalizaciones y normalizaciones enmascaran los poderes machistas y patriarcales de dominación y de control social que son utilizados en función de responder a una política invisible o superior a la política formal, este orden es el control social que subordina a la reproducción de los seres humanos y las seres humanas a los mecanismos de mercado del modelo capitalista, debido a que mantener bajo control las prácticas sexuales, legitimando sólo las prácticas heterosexuales en desmedro de otro tipo de prácticas, dan estabilidad y crecimiento futuro a los flujos de caja de la empresa, al asegurar la existencia y crecimiento del número de consumidores y consumidoras potenciales, dados los seres sexuales y dadas las seres sexuales, heterosexuales, que no desvirtúen el sistema.

Del mismo modo, este mecanismo capitalista de control social, también insiste en brindarse una plataforma ideológica en las políticas educacionales del país, reservando especial importancia al Sistema de Medición de la Calidad de la Educación en donde, como dice Iris Hernández: “La normalización de las prácticas pedagógicas a raíz del SIMCE perpetúa las diferencias entre los géneros. El SIMCE enfatiza la importancia de algunos conocimientos y aprendizajes por sobre otros. Dichos conocimientos y aprendizajes se refieren a los que son ubicados por los y las docentes, en los de tipo científico – humanista y en los de tipo artístico – valórico – deportivo. Será en este segundo grupo, en donde se inscriben las temáticas relacionadas con sexualidad, lo que inhibe el cuestionamiento del modelo sexo/género, invisibilizando temas que incorporan a la diversidad sexual”2. Cuestión que se puede evidenciar imaginando la dificultad de poder trabajar temas valóricos en una clase de matemática, no olvidando que matemática es un subsector de aprendizaje que es evaluado por el SIMCE y PSU, en donde se pueda hacer un cuestionamiento de la relación heteronormativa entre sexo y género. No obstante, tal cuestionemiento puede quedar de manifiesto, con mayor facilidad en una clase de educación física, subsector de aprendizaje no evaluado por el SIMCE ni la PSU y por ende con menor importancia para el quehacer pedagógico, en donde puede evidenciarse de modo más claro lo amanerado que pueda correr y jugar uno de los estudiantes, y por ende, ser objeto de la burla de sus compañeros y compañeras o invisibilizado por el proceder del docente o la docente para con el estudiante. O lo masculina que pueda resultar una de las estudiantes que quiera jugar fútbol y del mismo modo estar sujeta al maltrato escolar. Asímismo, en clases de artes, sector de aprendizaje no evaluado por el SIMCE ni la PSU, en donde la expresión creativa de chicos y chicas se pueda ver limitada y hasta cuestionada por la heteronormativa social de sus compañeros, compañeras y docentes.

Este mecanismo capitalista de control social en la Educación chilena, que enfatiza la importancia del SIMCE, vulnerando el Currículum Nacional de Educación, juega el mismo rol estabilizador mencionado anteriormente, debido a que pretende dar importancia justamente a aquellos conocimientos y aprendizajes, científico – humanista, que serán los más valorados por los mecanismos de mercado, debido a la productividad que ellos poseen y por ende, ofreciendo un gran fortalecimiento al mismo sistema, en desmedro de la pluralización de las habilidades cognitivas y el desarrollo físico, psicosocial, afectivo, valórico, político, deliberante y democrático pleno de hombres y mujeres.

Es así, como se hace necesario instalar explícitamente una mayor y mejor política educacional en materia de sexualidad y afectividad, donde en conjunto con la sociedad civil, se inscriban profundamente temáticas respecto a las Diversidades Sexuales, donde sea posible cuestionar la relación entre sexo y género del proceso heteronormativo, defender el derecho a la disidencia sexual, desenmascarar la discriminación y la vulnerabilidad, e instalar la paridad.

La reivindicación del placer, del goce y del deseo sexual deberían ser aspectos centrales dentro de una política educacional en sexualidad y afectividad que intente fortalecer la formación de personas sexuales, y mucho más si se intenciona la formación en ciudadanía, la participación y la perspectiva de los derechos humanos. Lo que obligatoriamente tendría que llevar consigo una desmantelación de los poderes hegemónicos que vulneran las opiniones diversas y hasta disidentes, por lo que una institución de educación de carácter privado, que contiene elementos centralizadores y normalizadores desde su proyecto educativo, no permitiría ni facilitaría la deliberación y la posibilidad de abordar temáticas hasta ahora invisibilizadas por el currículum explícito, relegándose sólo al currículum omitido, por lo que una educación pública y gratuita es la solución a esta problemática.

Sin embargo, en el Movimiento por la Diversidad Sexual – MUMS, el Equipo de Educación ha diseñado una experiencia, que intenta conceder un espacio de socialización, de fortalecimiento de la autoestima, de preparación de excelencia para la Prueba de Selección Universitaria – PSU, y reparación de las experiencias de discriminación en la escuela, de ahí su nombre: el Preuniversitario de la Diversidad, primera experiencia en Latinoamérica en donde profesores y profesoras hacen uso de la enseñanza en base al aprendizaje significativo para fortalecer las habilidades cognitivas que evalúa la PSU, en relación con un Marco Curricular Institucional de nuestra organización, en donde los y las estudiantes, junto con desarrollar habilidades, destrezas y competencias a abordar según el DEMRE, se trabajan contenidos de Diversidad Sexual.

1 Gauthier, Luis y Bustos, Fernando. 1993. Algunos fundamentos ideológicos del Movimiento de Liberación Homosexual. Archivo histórico MUMS.

2 Hernández, Iris. 2004. Normalización de las prácticas docentes y su relación con el Sistema de Medición de la Calidad de la Educación. Tesis de grado para acceder al grado de Magíster en Educación.