Una vez más, la diversidad sexual manifiesta su rechazo ante declaraciones que emiten representantes de poder político. En este caso, el presidente del partido Renovación Nacional, Carlos Larraín, quien ha puesto al mismo nivel la homosexualidad con la pedofilia y la zoofilia en un programa de televisión abierta.
Estas declaraciones, además de corresponder a una profunda ignorancia, deja en evidencia la falta de conciencia sobre los derechos de un grupo social que sido constantemente discriminado y que lleva años luchando por construir un Estado de Derecho para todos y todas.
Luego de las desafortunadas declaraciones, el señor Larraín se retractó, diciendo que fue un error, un mal ejemplo. Esto no merma la gravedad de lo acontecido, sino que representa la falta de rigurosidad y liviandad al emitir opiniones y juicios de quienes cumplen un rol público y por ende tienen una responsabilidad social.
Exigimos la seriedad que corresponde al trabajo político, ya que se desprestigia una labor que tiene como objetivo el bien común, y que, por situaciones como esta, se ve menospreciada y carente de sentido.