Columna de opinión por Fernando Muñoz*
La diversidad sexual participó en toma del Ex-Congreso. La razón para ello es muy simple: Chile necesita más participación de lxs ciudadanxs, más poder para las personas, y romper el círculo cerrado de la llamada “elite política usurpadora”. En pocas palabras, las maricas, trans, lelas y bi también queremos ser escuchadxs como parte del país. Hasta ahora, sólo tenemos palabras de buena crianza y de buena onda, pero eso no se refleja ni en leyes ni en políticas públicas.
Este pasado jueves 20 de octubre había entre lxs protagonistas de la toma del ex Congreso personas que forman parte de los movimientos de diversidad sexual (y otras que intentan pasar piola). Específicamente, hubo implicación del Movimiento por la Diversidad Sexual, MUMS, en esta acción tanto desde dentro como desde fuera. Cosa que no debe extrañar, ya que MUMS ha estado siempre en muchos espacios de demandas democráticas, y también se codea con muchos grupos sociales en varios niveles.
Algunxs han preguntado las razones que algunos “maricones” estuviéramos dentro del Congreso para exigir “Plebiscito ahora”. Eso es simple de responder. La verdad es que la idea de entrar a un Congreso deformado por el Binominal, con senadoras y senadores designados, y que no entusiasma a nadie, nos pareció interesante y, además, apropiado en un contexto de crisis como el nos ahoga ahora. No podíamos dejar pasar la oportunidad de ponerle algo de pluma y mariconeo al quehacer nacional. Al final, la diversidad sexual siempre está ahí, aunque los mecanismos de invisibilidad operen.
Da rabia ver que algunxs hablan de violencia por unos cuantos gritos. La verdad: Ena se fue con su chasquilla intacta y al Chico Zaldívar ni en cuenta lo tomaron. Creo que estos políticos tienen que tomar más calle. No pueden estar eternamente en su burbuja de cristal: para eso hay princesas y barbies de cuentos. La violencia estaba afuera. Allí los pacos perseguían a la gente. Tanto así que la amiga Golondrina se fue porque le dio susto, el guanaco arruinó el celular del Aaroncito y el masaje capilar con jalea real de Nicolás (que amenaza querella contra Hinzpeter por ello). Como ven, el tema es grave.
Revisemos el contexto chilensis en materia de diversidad sexual
Es necesario precisar lo siguiente: en Chile sólo hemos obtenido una seudo-victoria en materia legal. La modificación del art. 365 que condenaba la sodomía sigue existiendo y discriminando. Desde esto ocurrido en la Comisión mixta en 1998, nada hemos ganado, ni las más básicas de las peticiones han sido aprobadas por un parlamento con fallas de origen y un Ejecutivo timorato.
Desde la despenalización de la sodomía en el 98, hemos iniciado la lucha por una Ley contra la Discriminación, haciendo propuestas y trabajando en borradores que vieron la luz y fueron entregados hace casi diez años al Ejecutivo, que tomó la propuesta, le metió mucha tijera y salió algo pobre que nunca tuvo impulso. Eran los tiempos de Lagos, con Insulza como Ministro. Lo recuerdo con claridad: yo estaba en el grupo de representantes sociales que entregó la propuesta a Insulza. Nos tardamos 5 años en que la Ley ingresara (2005), y ahora llevamos 6 años de discusión. Posteriormente, no ha pasado mucho. Bachelet, a pesar de sus promesas, ni siquiera tuvo la falda bien puesta para enviar la propuesta a la sala. Nada de urgencia, nada de impulso, a pesar de tratarse de una Ley que todxs dicen apoyar. Yo mismo le pedí en persona al Ministro Viera Gallo que enviara la Ley, aun corriendo el riesgo de que fuera rechazada. El gesto sería valorado, y quienes la rechazaran tendrían sus consecuencias. No ocurrió nada.
Ahora, en medio de promesas electorales, de juicios de la corte interamericana por el caso Atala, y con un gobierno en crisis de popularidad, avanza la nueva propuesta de Ley contra la discriminación. No me voy a detener a explicar lo básica que es, lo limitada, y que ni siquiera cumple con los estándares básicos de Derechos Humanos según un informe del Instituto Nacional de Derechos Humanos. Pueden buscar detalles en www.mums.cl.
El punto central sigue siendo la exclusión de la que somos objeto, de la incapacidad de nuestro sistema político de acoger lo que demandamos, y el retraso chileno en materia de diversidad y respeto a los derechos de las personas. Ante esto no queda más que hacerse notar, poner las cosas en claro, desordenar y despeinar el sistema político que no responde y nos da portazos en al cara.
Hoy estamos rogando para que la Ley sea discutida. Es posible que el 8 de noviembre se vote, con resultado incierto. No sabemos si la categoría “identidad de género” será incluida, y tampoco en que tribunales vamos a parar. Lo que si está descartado es cualquier intento de incorporar prevención, defensa, educación contra la discriminación. Para eso “no hay recursos”. “Mejor lo destinamos a repartir bonos a ver si subimos en las encuestas”, deben pensar en la Moneda.
La relación del mundo gay, lésbico, bisexual y trans con el sistema político, con lxs parlamentarixs, es como una mala relación de pareja, con violencia intrafamiliar. Nos ningunean, nos maltratan, nos dan la espalda (en el mal sentido de la expresión), y luego piden disculpas. Ante ello es mejor cortar por lo sano, romper la relación con este sistema, dejar que caiga y que vengan tiempos mejores, con verdadera democracia.
* Fernando Muñoz es sociólogo y coordinador político del MUMS. @Fernando_MUMS

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Las columnas de opinión no necesariamente reflejan el pensamiento de MUMS.