Por María Alicia Alvado / Télam

La misma semana en que tres países adoptaron el matrimonio igualitario, dos hombres obtuvieron un turno para casarse en Santiago, aprovechando contradicciones de la legislación para hacer un acto militante en favor del cambio de esas normas.

La noticia ocurrió en la misma semana en que Uruguay y Nueva Zelanda adoptaron sendas leyes de matrimonio igualitario y en que la Asamblea Nacional de Francia quedó a un paso de hacer lo mismo.

Los contrayentes, citados para el próximo 4 de julio, son Lukas Berredo y Elías Jiménez, quienes no son pareja ni están enamorados; es más, sus orientaciones sexuales ni siquiera son compatibles, porque Lukas es un varón trans heterosexual -y como tal le gustan las chicas- y Elías, en cambio, es un chico homosexual al que le gustan las personas de su mismo género.

Pero pese a que Lukas tiene nombre y apariencia de varón -conseguida con tratamientos hormonales e intervenciones quirúrgicas-, para el Estado chileno, que tampoco tiene una ley de identidad de género, se trata de una mujer, pues así lo indica la «F» de femenino en su carné de identidad.

“Yo soy Lukas de sexo femenino”, aseguró a Télam este joven brasileño de 26 años que vive en Chile desde hace seis años, que en su país natal había conseguido cambiar judicialmente su nombre para adecuarlo a su identidad de género autopercibida.

“Solicité el cambio de nombre pero no el de sexo legal, porque en Brasil no se consigna el sexo en el carné de identidad», dijo.

Sin embargo, en el pasaporte sí aparece, «pero decidí no cambiarlo porque yo quiero que la gente cuestione: cada vez que alguien pregunta sobre esta incompatibilidad, es una oportunidad más para ayudar a entender mejor un tema invisibilizado”, como es la diferencia que existe entre sexo legal, identidad de género y orientación sexual, ilustró.

Aprovechando esta circunstancia y la reciente sanción de una ley antidiscriminación que condena la segregación por la “apariencia personal”, estos amigos que dedican gran parte de su tiempo al activismo en el Movimiento por la Diversidad Sexual (MUMS), se presentaron el pasado 14 de febrero en una oficina del Registro Civil de Santiago de Chile para solicitar un turno.

Es que ahora tenían una herramienta para burlar el sentido heteronormativo de la Ley de Matrimonio -que lo define como “un contrato solemne por el cual un hombre y una mujer se unen»-, y poner en evidencia sus inconsistencias.

No obstante, el organismo se tomó más de dos meses para estudiar el caso antes de aceptar a la pareja como contrayentes.

“Cada Día de los Enamorados varias parejas del movimiento van al registro civil para solicitar un turno y sistemáticamente se lo niegan. La idea fue hacer este año una manifestación distinta y mostrar lo absurdo de una ley que permite que dos personas que tienen la misma identidad de género se puedan casar si su sexo legal es distinto”, pero no a la inversa, aseguró Lukas.

Elías Jiménez, de 25 años, define a la ceremonia civil que los tendrá como protagonistas como una “performance” cuidadosamente planeada, donde cada aspecto tiene una cuota de simbolismo.

“El hecho de que Lukas sea trans es para dar visibilidad a este colectivo que es muy discriminado. El hecho de que no seamos pareja es para mostrar que no hace falta esto para casarse, porque la institución del matrimonio civil no regula afectos sino que es un contrato patrimonial», sañaló.

Apuntó además que «el que tengamos orientaciones sexuales distintas es porque sabemos que a la gente le genera un cortocircuito que los pone a pensar sobre el tema y eso es muy importante para nosotros”.

Aunque quizás no plenamente entendido por la prensa y la sociedad local, el gesto de Lukas y Elías cosecha la adhesión de muchos colectivos de diversidad sexual de todo el mundo.

«Me parece admirable la creatividad que tuvieron estos dos activistas para poner en ridículo al Estado chileno y mostrar cómo su legislación es discriminatoria y absurda», aseguró a Télam el periodista argentino Bruno Bimbi, militante de la Falgbt y autor del libro «Matrimonio igualitario».

Bimbi criticó que «mientras tanto, el presidente (Sebastián) Piñeira no acepta legislar sobre matrimonio igualitario y propone una legislación segregacionista, que me parece vergonzosa. Y aun así, sus diputados no lo acompañan».

El activista argentino expresó su esperanza de que la expresidenta y candidata opositora favorita «Michelle Bachelet gane las próximas elecciones y sume a Chile a la lista de países donde todos los ciudadanos y ciudadanas tienen los mismos derechos civiles sin distinción por orientación sexual», concluyó Bimbi.

Chile es el primer país latinoamericano que ha sido demandado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por no permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo.

De hecho, ya pesa sobre Chile una condena del mismo organismo por discriminación por orientación sexual, en el caso de la jueza a la que se le negaban la tenencia de sus hijos sólo por haberse asumido lesbiana.